“MÉXICO É UMA TUMBA CLANDESTINA”



(Foto: Internet)

Nos últimos oito anos foram encontradas mais de 400 fossas clandestinas por todo o país

Por Gerardo Albarrán de Alba, da Cidade do México, no jornal argentino Página/12, edição de 08/10/2014

“Todo o México é uma tumba clandestina”, lamentou em Oaxaca o sacerdote católico Alejandro Solalinde, coordenador da Pastoral da Mobilidade Humana Pacífico Sul do Episcopado mexicano e diretor do albergue Hermanos en el Camino (Irmãos no Caminho), que presta assistência humanitária a migrantes da América Central e da América do Sul, em sua passagem pelo México rumo aos Estados Unidos.

Solalinde comentou assim o achado de seis fossas clandestinas no estado de Guerrero, depois dos atos de violência ocorridos recentemente contra estudantes de Ayotzinapa, no município de Iguala, Guerrero. Pelo menos 17 dos 43 estudantes desaparecidos desde 26 de setembro poderiam estar entre os 28 cadáveres incinerados que foram exumados em Pueblo Viejo.

A imagem descrita por Solalinde não é um mero jogo de palavras. Nos últimos oito anos foram encontradas mais de 400 fossas clandestinas por todo o país. Segundo a Secretaria da Defesa Nacional, entre março de 2011 e abril de 2013, foram localizadas 198 fossas clandestinas, nas quais se encontraram 466 cadáveres. Versões jornalísticas elevam a cifra de cadáveres sepultados em fossas clandestinas até 4.000.

Continua em espanhol (com traduções pontuais):

En Guerrero, tan sólo en lo que va de este año (somente neste ano, até esta data), han aparecido al menos 97 cadáveres en 13 fosas clandestinas en cinco poblaciones por todo el estado, contando el reciente hallazgo (achado) en Pueblo Viejo, de acuerdo con un recuento (uma contagem) del diario Milenio: en febrero, 21 cuerpos en fosas de Puente Campuzano y Mexcaltepec, Taxco; en marzo, tres cuerpos en dos fosas en Tunzingo, Acapulco; en abril se localizaron nueve cuerpos en tres fosas en Iguala, tres cuerpos de tres fosas en Acapulco y otros cuatro cuerpos en El Ranchito, en Coyuca de Benítez; en mayo hallaron 19 cadáveres en siete fosas clandestinas en la colonia Lomas del Zapatero, también en Iguala, y en junio exhumaron 10 cadáveres en Las Tabiqueras, Zumpango.

En total, en Iguala se han localizado 56 cadáveres en 16 fosas clandestinas en apenas los últimos seis meses, incluyendo los 28 cuerpos calcinados y desmembrados en las seis fosas de Pueblo Viejo.

Datos publicados en medios ubican al (Dados publicados em jornais indicam o) municipio de San Fernando, en Tamaulipas, a la cabeza de hallazgos (de achados) de fosas clandestinas en el país: hasta principios de este año, en esa localidad se habían descubierto 52 fosas de las que se exhumaron 265 cuerpos. Le sigue el municipio de La Barca, en Jalisco, colindante con Michoacán, donde fueron encontrados 67 cadáveres en 35 fosas, entre noviembre de 2013 y enero de 2014. El tercer lugar es el municipio de San Julián, en Veracruz, con 14 fosas y 65 cuerpos. En Durango, capital del estado del mismo nombre, se ubicaron (foram localizadas) siete fosas con 26 cuerpos.

Uno de los casos más recordados en México es, precisamente, el descubrimiento de una fosa con 72 cadáveres de migrantes (58 hombres y 14 mujeres) de Brasil, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras, en agosto de 2010. En mayo de 2012 otros 49 migrantes fueron localizados en una fosa en Cadereyta, Nuevo León; los cadáveres habían sido decapitados y desmembrados.

Hasta febrero de este año se habían localizado fosas clandestinas en 24 de las 32 entidades del país. La constante en casi todos los casos es la impunidad. La propia Procuraduría General de la República (PGR) reportó que entre diciembre de 2006 y 2013 apenas inició 34 averiguaciones previas sobre fosas clandestinas y apenas identificó a 142 de los 1273 cadáveres que esa institución había registrado en ese período. Tan sólo en 2013, la Secretaría de la Defensa Nacional contó 419 cadáveres por todo el país; de ellos, 386 continúan como desconocidos.

La PGR reconoce que carece de protocolos específicos que detallen el procedimiento a seguir después del hallazgo (do achado) de un cadáver.

Tradução (parcial): Jadson Oliveira

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